Getafe es una ciudad rica en cultura. En un golpe de memoria el que escribe estas líneas imagina que la inmensa mayoría de getafenses conocerá a algún artista local que luchará, en mayor o menor medida, por expandir su obra (al fin y al cabo el arte solo es arte cuando tiene esa capacidad de retroalimentación entre quien lo plasma y quien lo recibe). Getafe es, también, una ciudad que debería sentirse afortunada por la rica diversidad cultural que posee tanto a nivel histórico como a día de hoy: músicos y escultoras, cineastas y actores, pintoras y escritores conviven día a día en nuestro municipio. Todas ellas comparten la inquietud cultural y el inmenso regalo de la creación artística, hechos ambos que deberían ser interpretados por cualquier estamento político como algo a explotar: un pueblo rico y diverso en cultura será más pleno, más consciente y más crítico. Sin embargo, la realidad con la que nos encontramos es absolutamente diferente; a excepción de los Lorenzo Silva y de las Carmen Machi, getafenses de pro a los que el Ayuntamiento apoya incondicionalmente, la inmensa mayoría de artistas locales se las ven y se las desean a la hora de exponer sus obras. Centrándonos en las artistas plásticas, los fotógrafos y las escultoras, encuentran mayores dificultades si cabe dada la pobreza de instalaciones culturales a este respecto que padece Getafe. Mientras otras localidades vecinas cuentan ya con Centros de Arte y con salas de exposiciones públicas y de calidad nuestro municipio, unos pasos por detrás, presenta severas limitaciones. Hace escasos días hemos conocido la propuesta del gobierno municipal para fomentar a las artistas locales, siempre que pasen unos baremos de calidad y de experiencia que marca una comisión de “expertos”. Sin instalaciones para llevarlo a cabo de una manera eficiente la corporación debe recortar las obras expuestas y el número de días en base a unas varas de medir que despreciarán a un buen número de artistas, negándoles la posibilidad de que sea finalmente el público el que disfrute o critique su obra, actuando como una suerte de censores que filtran en base a criterios más o menos arbitrarios y en absoluto democráticos.
A día de hoy los espacios disponibles son:
– La Sala Lorenzo Vaquero (antigua Fábrica de Harinas). Un local de buenas intenciones que se va quedando corto con el paso de los años tanto en metros cuadrados como en calidad de las instalaciones.
– El Espacio Mercado. Un local de nuevo cuño, de corte industrial, que sirve como parche pero que no cubre ni de lejos las necesidades culturales del municipio.
– Los centros cívicos. Espacios multidisciplinares que pueden servir como una primera toma de contacto para el artista amateur pero que carece de medios para organizar cualquier exposición más allá de eso.
Por todo ello sería muy interesante poder analizar el estado actual de la cuestión y comenzar a tomar medidas en dirección a la democratización del arte. Un centro municipal de arte que englobase a las distintas disciplinas y que contase con instalaciones acordes al volumen de obras que genera Getafe sería fundamental. Un espacio acogedor, amplio y de calidad gestionado de forma municipal por profesionales de la cultura que diese respuesta a las necesidades de expresión de las artistas locales y que permitiese a su vez al pueblo disfrutar de propuestas artísticas vecinales, creando así un sentimiento de comunidad y fomentando los lazos de unión que solo los símbolos artísticos y culturales pueden lograr. La escasa apuesta del gobierno local para con la cultura getafense se explicaría si fuese como resultado de no desear un pueblo más pleno, más consciente y más crítico…¿se imaginan? Qué locura.
PCE Getafe 