La situación cultural actual pasa por un momento crítico en el municipio, de manera secundaria a la afección regional y estatal. En estos momentos el problema principal reside en el control absoluto de una élite del sector, provocando que las y los trabajadores y trabajadores del sector tomen partido real. La mayoría de los profesionales de la cultura, personas con inquietudes artísticas o con buen hacer técnico, no pueden dedicarse a tiempo completo a su oficio si quieren subsistir haciendo por ello más pobre a esta civilización en desarrollo. Sin un estatuto que se ajuste a sus necesidades el desamparo y la precariedad de las y los profesionales es absoluto.
El trato desde las instituciones hacia las asociaciones culturales de base siempre es preferente y movido por intereses particulares, provocando en el sector una red clientelar y corrupta que aleja la realidad objetiva de la demanda profesional. El control y contratación de obras o proyectos culturales, en lugar de ser propuestas desde el pueblo y sus trabajadores/as, son llevadas a cabo a través de empresas privadas (en ocasiones incluso totalmente ajenas a la cultura) en procedimientos alejados de la vida democrática que tanto nos venden. La institución local no resuelve este problema, ofreciendo migajas en forma de espacios culturales residuales, anticuados y de mala calidad, como los existentes en los Centros Cívicos o en la Fábrica de Harinas, dificultando así la dignidad artística de aquella persona que quiera exponer su obra. Para agravar aún más el problema las asociaciones y plataformas más potentes operan como lobbys sin dar solución alguna a la base, siendo compañeras inseparables de la patronal y alzando la voz únicamente cuando sus privilegios se tambalean.
Por ello, desde el núcleo de Getafe del Partido Comunista de España consideramos:
- Que todo responde a una política intencionada para denigrar la cultura popular y reforzar a unas élites que parasitan y monopolizan el sector.
- Que se debe iniciar desde todos los sectores culturales una lucha bajo puntos comunes en base al principio de solidaridad de clase.
- Las y los profesionales del sector cultural deben empezar a tomar partido político con conciencia de su situación, movilizando las bases y agitando las calles.
- Se debe conducir la lucha desde los barrios, donde el tejido cultural es más cercano.
- Visibilizar a las mujeres profesionales del sector que sufren doblemente la precariedad.
- Acabar con la figura del artista mercenario que alimenta el elitismo de clase.
- Dialogar con las instituciones pero no a cualquier precio. Se debe mantener en todo momento una memoria histórica y ejercer una lucha rupturista para acabar con esta situación.
- Ahondar en propuestas de cultura popular que representen fielmente a nuestra clase.
- Evitar estereotipos clasistas existentes en el mundo de la cultura.
- Recuperar la memoria histórica cultural de Getafe.
- Defender la creación de un Estatuto del Artista que defienda los intereses de las y los profesionales del sector.
Para todo ello necesitamos movilizar a nuestras bases, participar activamente en asociaciones y plataformas culturales y hacer campañas formativas y pedagógicas desde una perspectiva ideológica clara. Como comunistas debemos caminar hacia una cultura popular, una cultura por y para el pueblo, donde las instituciones amparen el derecho a la expresión artística y protejan a las y los profesionales.
Por una cultura al alcance de todas y de todos.